Al norte de la provincia de Cáceres, la empresa familiar ganadera Sierra de
Monfragüe cría la exquisita vaca de wagyu, de origen nipón, como si de un cerdo
ibérico se tratara: en la dehesa y con bellota. La finca El Campete se
acoda en las laderas de la sierra de Gata, al norte de Cáceres, para
ensimismarse con la belleza del embalse de Borbollón
Jamón
ibérico de Wagyu made in Cáceres
Cualquiera podría pensar que en este paraje bucólico el tiempo
se ha
detenido.
Y, sin embargo, esta explotación extremeña acoge una de
las apuestas
más modernas, innovadoras y atrevidas del
agro español: utilizar vacas de
raza wagyu, las de la
carne más preciada del mundo, para elaborar
jamón ibérico. "La iniciativa surge de la necesidad de
buscar
alternativas a lo ya establecido, reinventar
los productos de la dehesa peso".
¿A qué sabe el Wagyu ibérico?
Sabe algo más suave que el jamón de
cerdo de bellota,
con un gusto a carpacho de ternera, pero de carne
madurada y con su punto de sal.
CUATRO AÑOS para criar y curar las patas del animal
Las patas pesan una media de 65 kg, con un máximo (hoy)
de 95 kg la
más grande, teniendo una merma de casi un 30%
después de su curación. Este
periodo de curación ronda entre
los 12 y los 18 meses, aunque se les suele dar
algo más
de tiempo, gracias a la gran cantidad de grasa entreverada
infiltrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario