El jamón ibérico es positivo para controlar
el exceso de colesterol malo, ya que contiene
importantes cantidades de grasas instauradas
, con un 55% de ácido oléico monoinsaturado,
sólo siendo superada en este sentido por el
aceite de oliva. Eso sí, es el jamón de bellota
el que presenta las mejores "prestaciones"
en este sentido.
El jamón ibérico también contiene minerales,
tales como el calcio, el fósforo, el magnesio,
el cobre, el hierro o el zinc, así como vitaminas
del grupo B: B1, B2, B6 y B12. También en
menor proporción el jamón ibérico te va a
aportar antioxidantes para que te recuperes
muscularmente de tus sesiones más duras.
El jamón ibérico contiene 33 proteínas por cada
100 gramos, prácticamente el doble que el
jamón serrano. La cantidad de grasas en el
jamón ibérico es del orden del 11%, la mitad,
prácticamente, que en el jamón serrano.
Finalmente, las kilocalorías que contienen
el jamón ibérico, por cada 100 gramos, son
unas 200, mientras que en el caso del jamón
serrano es de unas 280. Las cifras, pues,
son aplastantes en favor del jamón de calidad.
¿Porqué te recomendamos pues que consumas
jamón ibérico? Fundamentalmente porque tiene
una cantidad de proteínas y de ácidos
monoinstaurados y ácido oléico importante,
porque reduce el colesterol "malo", porque
es ligero y digestivo, y porque, relativamente,
es poco calórico. ¡Y porque sabe estupendamente!
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